domingo, 28 de febrero de 2016

QUIEN JUEGA CON HUMO SE ACABA QUEMANDO

No me he equivocado. Sé de sobras que la frase reza en realidad "quien juega con fuego se acaba quemando". Simplemente he querido hacer un juego de palabras con la realidad actual del Real Madrid. Como mencioné el pasado 20 de febrero en mi artículo "La abuela fuma", el club blanco lleva dos años, en primer lugar, con una falta de autocrítica total y, en segundo lugar, desviando la atención de los problemas internos con otros de terceros y vendiendo humo sobre la situación propia.

Pero es peor de lo que pensaba. Casi podría decir que estaba equivocado. El humo que se veía salir del Bernabéu, a través de la caverna mediática, no sólo era fruto de la campaña propagandística creada con el objetivo de tapar las vergüenzas del Madrid y de su Presidente, provenía también de un incendio institucional y deportivo totalmente real. Y es un incendio muy grande, con varios frentes, y con el viento soplando en diferentes direcciones.

Como mencioné en mi Facebook personal, el pasado 4 de enero, "el nombramiento de Zinedine Zidane como nuevo entrenador del Real Madrid, después del baño en el clásico, estaba cantado. No había sintonía entre los jugadores y Rafa Benítez, era evidente, y por tanto la decisión era buena. Ahora bien, es un arma de doble filo. Si funciona, y se ganan títulos, todo perfecto. Pero si la dinámica no mejora, el presidente habrá salido de la trinchera, quedado al descubierto, y en medio del fuego cruzado.

Es decir, aunque las cosas vayan mal con Zidane, no me imagino al público del Bernabéu silbando y pidiendo la cabeza del entrenador. Zidane ha sido, y es, un ídolo, un emblema, un símbolo del madridismo. Es intocable. Los palos y las críticas irán a parar directamente a Florentino Pérez. Podemos confirmar pues, que el mandatario blanco ha jugado su última carta".

La derrota de ayer contra el Atlético de Madrid (0-1), desveló las carencias de la plantilla y las confrontaciones entre jugadores, afición, directiva y prensa. Desde las esferas institucionales, con el apoyo de los medios, se han pasado toda la temporada vendiendo humo para tapar esta inexistencia de "felicidad". La tercera derrota en un derbi de liga en casa de manera consecutiva, evidenció carencias, no sólo en el aspecto físico y motivacional de la plantilla, sino también en su gestión y planificación. El equipo del "Cholo" Simeone no sólo descubrió la falta de equilibrio en el medio del campo y combinación entre líneas del equipo blanco. Fue una derrota que disipó el humo, y permitió ver el fuego alimentado por el agotado modelo de club, principalmente empresarial, de Florentino Pérez.

El mandatario madridista ha quedado sin escudo. Todo el mundo ya sabe que él es el máximo responsable de la actual situación. Probablemente por los mismos motivos que le llevaron a dimitir, ayer precisamente hacía 10 años, en 2006 después de perder un partido en Mallorca y donde admitió que "maleducar a los jugadores". O también, junto con el anterior motivo, porque haya entrado en la misma dinámica de autocomplacencia que entró el Barcelona, ​​en 2007, después de no ganar ningún título. En aquella ocasión, y como está pasando ahora, el Barça no supo hacer autocrítica y se dedicó, junto con algunos medios, a vender la historia de que todo estaba bajo control. Y todos sabemos lo que pasó.

La afición blanca, y el resto de aficionados del fútbol, ​​ya ven el fuego. Inútiles son ya los intensivos de la prensa madridista, hilvanados por el poder mediático blanco, de crear campañas como las de #EfectoZidane, #FeliZidane, #CristinanoBalonDeOro, #APorLaChampions, etc. El socio madridista, como ya hizo el pasado noviembre contra el Barcelona, ​​ya está harto y pidió responsabilidades al presidente Florentino Pérez.

No importa que el entrenador sea Rafa Benítez, Ancelotti o Zinedine Zidane, no hay sintonía entre los jugadores, cierta falta de compromiso, destacando las individualidades sobre el colectivo. Las palabras de Cristiano Ronaldo a la finalización del partido, por mucho que el mismo jugador intente rectificar, son una prueba. Además de una falta de compañerismo, y de respeto hacia el resto de jugadores.

Sinceramente, haciendo un vistazo a la pobre temporada de Cristiano Ronaldo, creo que debería ser el primero en hacer autocrítica. No hace goles contra rivales importantes, ni en partidos trascendentes, no desborda en el uno contra uno, y si no fuera por los goles contra el Espanyol y otros equipos pequeños, tendría 10 goles como mucho. No es para sacar pecho. Y el hecho de que el jugador emblema, franquicia, del club blanco haga estas declaraciones, es un incendio (Declaraciones).

Rafa Benítez ya lo dijo hace dos semanas. "La afición se puso nerviosa, los jugadores, la directiva, la prensa, etc., y pasó lo que pasó". Pero la solución ya no pasa por vender más humo o destituir Zidane. Pasa por admitir los errores y hacer un cambio de rumbo para evitar hundir un barco que, además de tener múltiples vías de agua, está en llamas. Es su barco, no el del Barça tal y como han intentado vender durante este tiempo. Aquí todo va viento en popa, directos a buen puerto, y a tiro de igualar el récord de 34 partidos de imbatibilidad del Madrid de la temporada 1988/1989.

Y lo que es peor para los intereses madridistas, Florentino es el capitán que se hundirá con su nave. Los que piden su dimisión deben saber que los últimos cambios estatutarios requieren un mínimo de 20 años de antigüedad y un aval PROPIO, no vale mediante un banco, por valor del 15% del presupuesto. Unos 100 millones de euros. No hay muchos personas en España que puedan aspirar a ser candidato a la presidencia del club. Estamos hablando, casi, del nacimiento del Real Madrid S.A.D.

Durante los últimos dos años, el poder madridista, directiva y prensa asociada, han jugado demasiado con el humo y se han acabado haciendo daño. La afición, ya no se traga el humo, ve el fuego y no quiere quemarse. Pero con los nuevos estatus, las guerras internas, la falta de autocrítica, y una sanción de la FIFA que no permitirá una necesaria reforma de la plantilla (Si la cautelar y una enorme inversión en el próximo verano lo permite), están condenados a hundirse a fuego vivo.

Ya lo dice el dicho, quien juega con fuego se acaba quemando. Pero quien lo hace con humo, además de ahogarse, también. En Madrid, además de quemarse en un gran incendio deportivo e institucional, se han acabado ahogando con sus propias palabras cargadas de prepotencia, soberbia, y falta total de autocrítica. Lo saben. Y lo peor de todo, es que si el capitán abandona la nave, no hay nadie en el horizonte que pueda socorrer a una afición naufraga.


"La gran virtud del hombre sereno es escuchar todo lo que censuran en contra de él para corregir lo que es verdad y no alterarse por la mentira". (Johann Goethe)

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