domingo, 7 de febrero de 2016

LA VIDA DE CRISTIANO RONALDO

"La Vie de Adèle" (La vida de Adele) es una película francesa dirigida por Abdellatif Keniche, y basada en la novela de Julie Maroh titulada "Le bleu est une couleur chaude" (El azul es un color caliente). Adèle es una adolescente modélica, buena estudiante, cercana con su familia, guapa, y amiga de sus amigos. Como toda chica de su edad, comienza a experimentar con los chicos hasta que finalmente comienza una relación estable. Todo parece ir "normal" en su vida, hasta que conoce a Emma, ​​una chica lesbiana con el pelo azul, y se despiertan una serie de nuevos sentimientos en la joven Adèle hacia la percepción del amor.

Poco a poco, surge algo más que una simple amistad, se enamoran y comienzan una relación homosexual. Esto desemboca en una serie de situaciones que generan varios debates como la aceptación por parte de los amigos, la familia y la sociedad. El film nos plantea un punto de vista muy interesante, siempre tabú, sobre temas como la orientación sexual, su aceptación, y los derechos de los homosexuales. Por lo tanto, esta película se convierte en una clara crítica a la homofobia y una oda a favor de los homosexuales.

Ayer fue 5 de febrero, y Cristiano Ronaldo, que futbolísticamente no pasa por su mejor momento, hizo 31 años. Un día lleno de curiosidades, ya que además fue el cumpleaños de Neymar Jr. (24), George Haya (51), y Carlos Tévez (32), grandes figuras del fútbol mundial. Pero lo que me llamó la atención no fue la efeméride en sí, sino ciertos comentarios despectivos de carácter homófobo respecto a su orientación sexual.

No es nada grave bromear y sátira hora de hacer comparaciones con Leo Messi, para mí no hay duda a la hora de afirmar que el argentino es el mejor del mundo, recordar el momento "Kevin Roldán", u otros aspectos más inocentes. Yo soy partícipe de estos comentarios. Pero sea como sea tenemos que estar preocupados, y mostrar total rechazo, a ciertas actitudes por parte de la sociedad. Es necesario hacer un inciso en este punto.

Cristiano Ronaldo no sólo fue un gran fichaje futbolístico, era el actual Balón de Oro cuando llegó a Madrid, también lo fue desde el punto de vista mercantil. Imagen de Nike, es protagonista de infinidad de anuncios con marcas no sólo relacionadas con el mundo del fútbol. Cristiano se ha convertido en un icono publicitario canon de la masculinidad y la virilidad, imagen reforzada sobre todo cuando mantenía una relación sentimental con la top model Irina Shaik. Pero esta relación se vio truncada hace poco más de un año y desde entonces han surgido infinidad de rumores sobre su persona.

Yo no voy a entrar a discutir si Cristiano Ronaldo es homosexual, bisexual, o heterosexual. Creo que en el resto de las personas nos interesa, o nos debe interesar, bien poco ciertos aspectos de la vida privada de las personas. Es un debate poco respetuoso, vacío de contenido, y que busca la burla y el desprecio más que la información. Sin embargo, no hace daño a nadie saber datos de valor biográfico o sobre los gustos musicales, literarios, cinematográficos, etc., no sólo para conocer mejor al personaje público, sino también para ampliar nuestro conocimiento sobre estos campos y descubrir nuevas tendencias.

Lo que realmente quiero analizar en este artículo es la detección de una problemática social relacionada con la educación, el respeto, la tolerancia, y el marketing, como trasfondo. Que Cristiano Ronaldo, o cualquier otra persona, pueda ser o no homosexual o bisexual, no es, ni debería ser, ningún conflicto. El problema lo tenemos, como miembros de una sociedad moderna y civilizada, cuando aparece el rechazo hacia este tipo de situaciones, el miedo de las personas afectadas a mostrar libremente su orientación sexual, y la actitud de las marcas comerciales respecto a los cánones y estereotipos conservadores. Muchos dicen que la homosexualidad es una enfermedad. La enfermedad real es la homofobia.

Debemos admitir, a pesar de vivir en el año 2016, que vivimos en una sociedad marcada por valores conservadores, con una clara influencia de la limitación de las libertades de regímenes pasados ​​y los dogmas religiosos. Este panorama hace muy difícil que una persona declare abiertamente su homosexualidad por miedo a las represalias, rechazo, burlas e insultos, no sólo de la población, sino también de su propia familia. A nadie le gusta ser rechazado, y desgraciadamente la homofobia está presente en ciertos sectores de nuestra sociedad. Afortunadamente, poco a poco, las personas vamos aceptando cada vez más las libertades y los derechos de los homosexuales, y establecemos el rechazo a las actitudes homófobas.

El mundo del fútbol no es una excepción, incluso tengo el valor de confirmar que las consecuencias pueden aún más crueles. Si un jugador de fútbol ya recibe insultos y burlas de cualquier tipo, hemos visto casos graves de racismo, con más razón un futbolista tendrá el temor de declarar abiertamente su homosexualidad. Tal y como comentó el actual entrenador del Sevilla, Unai Emery, declarando que "todo tiene un proceso. El mundo gay se está abriendo y aún queda mucho por avanzar. El mundo del fútbol es muy duro de abrir al ser considerado un deporte de hombres. Seguro que hay homosexuales en el mundo del fútbol, ​​pero primero hay que superar muchas barreras. Creo que todavía queda mucho por hacer para abrir el mundo del fútbol."

Este miedo, en mi opinión, no es nada infundado. Claramente tenemos un grave problema educativo en todos los niveles. Si en los campos de fútbol tenemos dificultades para que las aficiones respeten a los árbitros, a los rivales, como he mencionado antes el ejemplo del racismo (por suerte cada vez más es menos frecuente), ¿nos podemos imaginar que puede pasar el día en que un jugador salga del armario?

Si ya sólo cuando un jugador muestra un bajo rendimiento, o bien exagera un golpe, aparecen palabras como "nenaza" o "marica", no quiero ni pensar que puede pasar el día en que un jugador con gran repercusión mediática, como por ejemplo Cristiano Ronaldo, declare públicamente su orientación sexual. El jugador se expone a la humillación pública, y como ser humano puede sufrir psicológicamente afectando su rendimiento. Como he mencionado antes, el miedo es un factor clave, producida por una falta de educación respecto a la sexualidad de las personas.

Inevitablemente, esta situación se contagia al mundo del marketing relacionado con el mundo del fútbol. Un profesional puede llegar a temer las posibles consecuencias contractuales con los clubes o patrocinadores. Algunos de ellos son controlados por élites económicas muy poderosas y de carácter conservador, otros simplemente muestran la falta de educación que he mencionado anteriormente, pero en ambos casos tienen establecido su modelo estándar de masculinidad y virilidad.

Nunca se ha de llegar a los extremos, pero quisiera recordar el ejemplo de Justin Fashanu, futbolista de origen nigeriano que militó en el Nottingham Forest en la década de los 80 y que se convirtió en el primer futbolista que salió de la armario. No lo hizo hasta principios de los 90, pero cuando militaba en el Forest el entonces entrenador, Brian Clough, ya sospechaba por su atracción por los hombres, y lo empezó a marginar futbolísticamente. Sufrió insultos, humillaciones, el rechazo de su propia familia, y acabó suicidándose en 1998 debido al acoso y la depresión. Cabe decir, que fue declarado culpable de la violación a un joven de 17 años. La Policía admitió que nunca encontró pruebas concluyentes. La homofobia de las esferas judiciales del momento fue clave.

Del miedo a la marginación social y del miedo al rechazo profesional podemos encontrar ejemplos diversos. Dentro del mundo de las celebridades hay actores, cantantes, periodistas, líderes de opinión etc., o simplemente personas normales de nuestro entorno más cercano, que por temor a lo que puede pasar, ocultan su orientación sexual. Se reprimen en su mundo (psicológicamente igual o más dañino que el rechazo de terceros), mantienen relaciones heterosexuales (incluso con hijos) ya sea por apariencia o bien bajo condiciones contractuales de imagen, y tienen hijos alquilando los servicios reproductivos a terceros.

Los miedos, hacen que estas personas tengan que vivir en una mentira constante, algo que nunca debería experimentar nunca. Hay personas que ansiosas de vivir su vida en libertad acaban declarando su condición. Por un lado tenemos el caso de Ricky Martin, un ejemplo de masculinidad e icono heterosexual, que acabó harto de vivir una mentira y quiso romper los tabúes de la sociedad y sentirse liberado. Y por otro lado David Bowie, fallecido el pasado 10 de enero, que en la década de los 70 reveló su bisexualidad y que llegó a admitir que "fue el peor error de mi vida". La percepción del público cambió, así como la de la industria musical.

Yo soy heterosexual, pero tengo amigos y familiares homosexuales y bisexuales, y os puedo asegurar que no son enfermos de ningún tipo y son bellísimas personas. Tienen los mismos derechos y libertades que cualquier otra persona. Como estoy seguro que vosotros conocéis a alguien que lo es, y estaréis de acuerdo conmigo en que la homofobia es un problema muy grave. Ha habido casos graves de agresiones, acosos, etc. y que en los peores de los casos nos ha llevado a presenciar suicidios y asesinatos. Y esto ya no es ninguna broma.

Podemos entrar a discutir si Cristiano Ronaldo es peor o mejor jugador que Messi. Si salta más o menos, en menos o más goles. Si sólo brilla en los partidos intrascendentes o contra rivales de menor entidad. Pero en ningún caso, debemos faltar al respeto por su posible orientación sexual y menos aún, tolerar o reír la gracia a estos comentarios homófobos. En este sentido, la educación juega un papel muy importante.

En plena efervescencia del siglo XXI, la homofobia es un problema tan real como la violencia de género o el racismo. Y como miembros de la sociedad, tenemos la obligación de velar por la educación y la inculcación de los valores basados ​​en el respeto y la tolerancia sobre el resto personas. Independiente de su nacionalidad, creencia, etnia, ideología política, raza y orientación sexual. Tomemos como ejemplo la actitud de Manuel Neuer, portero del FC Bayern, o de Angela Merkel, cancillera de Alemania, invitando a los homosexuales del mundo del fútbol a salir del armario sin miedo ninguno. Una llamada clara por la tolerancia y en contra de la homofobia.

Nos tiene que dar igual si Cristiano Ronaldo es homosexual o bisexual, pero en ningún caso debemos ser indiferentes a la homofobia y debemos velar para construir una sociedad en la que cualquier persona pueda confesar como tal con todo el orgullo y libertad . Para el resto, no hay más orgullo que la certeza de que estamos contribuyendo a hacer un mundo mejor. #StopHomophobia


"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro".
(Albert Einstein) 

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