viernes, 28 de octubre de 2016

DOCE

Imaginemos que nos roban el Ferrari y la Policía nos recrimina que no se puede dejar un coche tan bonito aparcado en la calle. O peor aún, imaginemos que un violador sea declarado inocente de su acto alegando que la víctima iba vestida de manera provocativa.

Estas situaciones, inaceptables, son excusas que se han dado más de una vez por ciertos "iluminados" al intentar justificar lo injustificable. Y eso es lo que ha pasado en el fútbol español durante esta semana con el Presidente de La Liga y el Comité de Competición como protagonistas con inadmisibles declaraciones, en el primer caso, y con una insólita y sorprendente resolución a los incidentes de Mestalla en el segundo.

Como comenté en mi artículo de ayer, estamos viviendo unos tiempos de auténtico esperpento. Las acciones tomadas por ciertas personas con cargos de responsabilidad, prensa, y otras instituciones dejan mucho que desear y demuestran que no merecen ocupar estas posiciones. Y lo peor de todo, lo que ayuda a entender por qué se han llegado a ciertas situaciones que nos irritan en la actualidad, no acaban de entender el PORQUE de la indignación de la directiva del Barça y de sus aficionados, representados algunos, por Seguiment FCB.

El aficionado barcelonista no entiende y se indigna con un estamento que en teoría debe ser objetivo, serio y profesional, redacte una resolución propia de una competición de aficionados y carente de los valores mencionados al principio de la frase. El aficionado barcelonista no entiende y se indigna con un comunicado que dedica más líneas a denunciar la actitud de la víctima que no a condenar la acción del agresor con la intención de invertir los papeles.

El aficionado barcelonista no entiende y se indigna con la acusación a los jugadores de fingir y exagerar la agresión sufrida en Mestalla a pesar de contar con las imágenes. Contradiciendo a sí mismo, lo dice el Reglamento, ya que es sabido que es sancionable el "dar o intentar dar".

En el contexto de un tema tan delicado y sensible ocurrido en una competición tan importante como La Liga, su presidente, Javier Tebas exhibe en una falta de seriedad, imparcialidad, objetividad y, sobre todo, profesionalidad con unas vergonzosas e inadecuadas declaraciones mofándose de los jugadores del Barça y poniendo en duda su honestidad. En la misma línea, el Comité de Competición se dedica a minimizar la agresión sufrida por la grada, el ambiente hostil vivido en Mestalla, la impunidad del árbitro ante el juego violento y, sobre todo, a señalar a los jugadores como los culpables de lo ocurrido.

Todo ello, en una preocupante demostración de irresponsabilidad ante el cargo que ostenta. Y es que como le dice Ben a su sobrino Peter Parker, personajes de Spiderman, "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Una de las funciones del presidente de La Liga es también la de educar y transmitir valores a través del deporte. Y se ha convertido en todo lo contrario. Javier Tebas, con sus declaraciones, no ha hecho más que incitar aún más a la violencia.

Y lo que es peor, hemos llegado a una situación tan lamentable, tan pésima, tan horrible, que se ha llegado al punto, como se ha podido leer en Twitter, de "justificar un botellazo por la forma de celebrar un gol "de la misma manera que se" justifica una violación porque la chica llevaba minifalda y escote ". Tal como se dice popularmente, "una mentira repetida 100 veces, acaba convirtiéndose en realidad".

La afición barcelonista está cansada de que la protesta pacífica por la muestra de estrelladas sea motivo de castigo mayor que la agresión a futbolistas. Que el lanzamiento de objetos. Que los cánticos ofensivos, xenófobos, racistas y homófobos. Que la exhibición de símbolos prohibidos y anticonstitucionales. La afición barcelonista está cansada de que, como se dice vulgarmente, "se le orinen en la cara y se les diga que llueve".

Como se dice popularmente, todo suma. Y en términos de paciencia, todo lo que suma acaba de agotar el límite de dicha virtud. La paciencia, aunque cueste de creer es una virtud propia de los seres inteligentes y racionales. Y esta paciencia, se ha acabado por completo en el seno de la directiva del FC Barcelona y de sus aficionados.

Por eso mismo, el FC Barcelona, ​​a través de su presidente, y los aficionados del club, promovidos por la plataforma Seguiment FCB, creen que si nosotros mismos no defendemos a nuestro club nadie lo hará. Y por eso mismo, el aficionado, socio y abonado el Barça tiene la oportunidad de hacerlo en el minuto 12 del partido del próximo sábado ante el Granada con una gran pañolada y cantante educadamente contra estos estamentos y la persona de Javier Tebas . En este momento, más que nunca, "tot el Camp ha de ser un clam".

El coliseo barcelonista, y sus aficionados, deben ser un ejemplo, como viene siendo habitual, de cómo hacer una reivindicación de manera ordenada, educada y sobre todo pacífica. Dejando claro que los estamentos del fútbol español están representados por personajes que no se merecen este honor. Después de Osasuna, el Barcelona debe ser el siguiente en mostrar rechazo a las declaraciones mostradas por Javier Tebas y la resolución del Comité de Competición.

El número 12 propuesto por Seguiment FCB representa este jugador por el que los jugadores se dejan la piel en cada partido. El número 12 representa esos jugadores gracias los cuales pueden vivir acomodadamente los que precisamente critican las acciones de los otros 11. El estado de ánimo del jugador número 12 puede ser clave para las victorias de su equipo. El jugador número 12 del Camp Nou debe ser el sábado un ejemplo reivindicativo por la dignidad y el respeto a los jugadores y toda la institución del FC Barcelona. El jugador número 12 debe certificar que, tal y como reza la famosa frase de John "Jock" Stein, "el fútbol sin aficionados no es nada".


"La incompetencia es tanto más perjudicial cuanto mayor sea el poder del incompetente." (Francisco de Ayala)

jueves, 27 de octubre de 2016

PSICOSIS

El fin de semana prometía. Además de la más que interesante jornada de Liga con el Valencia-Barça, Sevilla-Atlético y el Real Madrid-Athletic Club, volvía una de las series más intensas y sangrientas de la televisión. El último capítulo de la sexta temporada de The Walking Dead prometía un inicio de la séptima temporada más que movido. Y no decepcionó. Tensión, sufrimiento y sangre. Mucha sangre con grandes dosis de violencia.


Aunque parezca, después de leer mi entrada, no hablaré de series de televisión. Ni siquiera de la célebre adaptación del cómic gore, terror y suspenso. Hablaré de fútbol en todos sus niveles y el sentimiento que me ha transmitido el partido de Mestalla con sus consecuencias: terror.

Pánico en ver el juego violento de los jugadores del Valencia. Pavor al presenciar un arbitraje tan desafortunado como el de Undiano Mallenco. Pánico en comprobar el ambiente hostil en la ciudad de Valencia y en el estadio de Mestalla antes, durante y después del partido. Y turbación al analizar las reacciones de prensa, instituciones, ciudadanos y actores del incidente del Mestalla.

Algunos deberían saber que el fin de semana de Todos los Santos, es el siguiente. Hay muchos aspectos a analizar y reflexionar. Y ya que nos encontramos en un contexto tan aprensivo, iremos por partes tal y como haría Jack "El destripador".

Hay que ser nobles. Hay que reconocer que el primer gol de Messi es fuera de juego de Luis Suárez en obstruir la visión de Diego Alves, aunque el Comité Técnico de árbitros ha declarado que no lo es. Hay que admitir que Sergio Busquets mereció, reglamento en mano, fue expulsado por doble tarjeta amarilla para sostener a un adversario. Hay que resignarse y dar lugar a la posibilidad de que Umtiti comete un más que posible penalti, me cuesta ver la carga legal, y otra pena máxima es cometida por Mascherano. Incluso, estoy de acuerdo en que, por mucho que estemos contentos por el gol de la victoria en el minuto 93, las formas de Neymar y Busquets son evitables y que podían haber sido sancionados por los colegiados.

Los ejemplos mencionados en este párrafo trigo la primera parte de esta trilogía del "Pesadilla de Mestalla". El arbitraje de Undiano Mallenco, hasta este punto, merece una profunda reflexión. Si no tenemos en cuenta ningún aspecto más, y estamos centrados en los puntos independientemente de los colores, llegaremos a la conclusión de que fue un robo.

Pero por suerte, todavía conservo los sentidos de la vista y de la razón. Así como el gusto y la capacidad de análisis futbolística. Y eso significa que no nos podemos quedar en este punto de nuestra observación. Undiano tuvo un partido muy difícil en Mestalla. Y la palabra robo queda entredicho cuando estudiamos los 90 minutos del partido. Dicho de otro modo, la alta "intensidad" del partido hizo que el colegiado navarro situara muy alto el listón cuando hablamos de términos de intensidad. Y él es el único culpable.

Para ser más concisos, la extrema agresividad y violencia de los jugadores del Valencia obligó a Undiano a pasar por alto ciertas incidencias del juego. Y la experiencia me dice que la ley no escrita de la compensación nunca consigue su objetivo. Todo lo contrario. Magnifica la tensión, el nerviosismo, y la indignación entre los jugadores. En especial para las aficiones rivales que siempre, con el hambre de ganar, y en caliente, se ven siempre perjudicados.

Y este punto de vista no puede obviar que los jugadores valencianistas salieron al césped de Mestalla con la idea clara de que la única manera de parar el vendaval de juego azulgrana es mediante la defensa férrea y la marca de territorio con faltas continuadas. Pero la cosa no se quedó ahí. El partido fue un auténtico combate de boxeo con entradas violentas con y sin balón, con el fin de intimidar a los jugadores del Barça.

Cuando Enzo Pérez no ve ni tarjeta amarilla por su brutal entrada a Iniesta. Cuando Mário Suárez acaba el partido sin ninguna tarjeta después de las criminales entradas a Neymar y André Gomes. Cuando cualquier jugador del Barça, en especial el brasileño, recibe una patada, empuje o golpe de manera reiterada e incluso cuando ya ha realizado una pasada. Y cuando el terror y el pánico a recibir apodera de los jugadores culés, y el árbitro no lo castiga como tal y es consciente del listón que está estableciendo, el remordimiento se apodera de su juicio y cuestan turbar argumentos para expulsar a Busquets por una jugada tan "inocente" como un tirón.

No podemos dejar con 10 jugadores a un equipo que está recibiendo duro y que debería haber visto como el Valencia se quedaba con 9 a los 20 minutos de partido. Y eso no justifica las acciones de los penales, evidentemente. Pero hay que ser honestos y ver la posibilidad de posición incorrecta del jugador que hace la centrada en la acción del gol de Munir. Hay que recordar que un jugador en fuera de juego habilita para entrar en acción sigue estando en posición ilegal si recibe la pelota en este preciso momento.

Pero eso son cosas del fútbol a pesar de que un bando se dedique a destruirlo violando el reglamento. Lo que ya no es fútbol, ​​y me parece una verdadera atrocidad el hecho de que se diga "pasa partes" o ha "pasado siempre" para intentar justificarlo, es el ambiente hostil vivido dentro y fuera de Mestalla. No es normal la violencia verbal con la que se recibió a los jugadores del Barça, ni tampoco la que se sintió durante los 90 minutos. Insultos contra las familias de los jugadores, aplausos por la lesión de Iniesta incluso vitoreando el nombre de Enzo Pérez, y el lanzamiento de objetos en el césped.

Esta segunda parte de la trilogía del "Pesadilla de Mestalla" dio lugar a la tercera y última parte donde se han vivido situaciones que hacen realmente miedo. Mucho miedo. El tratamiento y análisis de los hechos por parte de ciudadanos, prensa, e instituciones del mundo del fútbol ha dado lugar a pensar. Es precisamente la falta de sentido común y serenidad de algunas voces de carácter maquiavélico es lo que me causa más espanto.

Sientes lo que habla la gente. Lees lo que escriben algunos. Escuchas lo que dicen ciertas voces autorizadas. Y me doy cuenta que el fracaso escolar, la situación política, el triunfo de ciertos líderes de opinión, y gusto por ciertos "artes" como la pasión por los toros, hacen que vivamos en un país de miedo. Y sobre todo mucha vergüenza. Lo ocurrido en Mestalla demuestra, una vez más, que nos falta mucho para ser, no sólo europeos, sino al menos un país civilizado.

Desde la violencia extrema y terrorífica de las entradas de los jugadores del Valencia del pasado sábado, y los hechos sucedidos posteriormente, no veía algo tan angustiosa y dolorosa como el estreno de la nueva temporada de The Walking Dead. Y si hay alguien que ha hablado claro, meritoria de quitarse el sombrero, es Jordi Mestre, directivo del FC Barcelona.

Si hemos de hacer caso a lo que dicen algunos medios de que son tanto o más culpables los autores de los lanzamiento de objetos e insultos desmesurados como jugadores como Neymar para provocar, no sólo tenemos un problema muy grave sino que somos cómplices de estos hechos. No se puede justificar de ninguna de las maneras. Aunque también hay que hacer una llamada de atención a Neymar por mucho que entendamos, al menos lo tenemos que hacer, que cuando se pasan los 90 minutos mencionando a tu familia y recibiendo estopa a tope con la admiración del público, la parte humana sale en forma de rabia verbal.

Y eso precisamente lo que hacen inadmisibles las palabras de Javier Tebas, Presidente de La Liga, y los diversos medios de comunicación. Quizá tendremos que hacer caso a Jordi Mestres y dedicarnos al Pressing Catch. Es muy triste que a algunos les molesta que nos moleste la violencia y la provocación. Los mismos que ahora hacen un llamado por los valores y el respeto cuando no les molestan que miembros de España 2000 y Yumus se paseen en Mestalla con sus banderas franquistas, esvásticas y cruces celtas. Símbolos e ideologías prohibidas y perseguidas en cualquier otro país civilizado.

Los mismos que pierden el respeto hacia el FC Barcelona y, tal y como menciona Maestros, hacen caja con el espectáculo que genera el equipo de Luis Enrique. Alguien se ha parado a pensar que el Barça ha repetido tanto el horario de las 16:15? La misma caja que se vacía en los bolsillos de esos que desprecian el Barça y alaban "el matar al toro". O bien cuando sancionamos de una manera más contundente la exhibición de banderas que no la violencia en el fútbol. No se dan cuenta que la imagen es pésima. O puede ser si, pero como dicen los anglosajones, "Money talks".

A pesar de la distancia, vivimos en un sociedad que a nivel cultural da miedo. No hace falta ser un genio para entender que necesitamos más escuelas con buenos profesores, menos programas basura que, aunque algunos puedan incluir el fútbol, ​​por su capacidad de atracción y de transmitir valores positivos, si se quiere, puede servir de más de lo que pensamos. Como por ejemplo ir a los estadios con el deseo exclusivo de ganar, ver un buen espectáculo y animar a nuestro equipo.

Es totalmente innecesario, dice muy poco de nosotros como seres humanos, pasarse los 90 minutos insultando lo contrario. Por mucho que intenten justificar, tal como dijo Anthony Perkins en la película Psycho, que "todos nos volvemos locos alguna vez".


"Allí la gente no necesitaba soñar con aquellas cosas terribles. Vivía entre ellas. "(Adam Nevill)

miércoles, 26 de octubre de 2016

CARTA ABIERTA A LUIS SUÁREZ

Estimado Luis Suárez,

"Errar es humano, perdonar es divino y rectificar es de sabios". Probablemente, no exista una reflexión más acertada en la historia del pensamiento. Como afirmó Alexander Pope, aunque no me considero un sabio, creo que nunca es tarde para reconocer un error y por ello quiero dirigirme a tu persona, no para buscar ningún perdón, probablemente nunca llegues a leer esta carta , sino para hacer una muestra de admiración hacia tu figura como futbolista y también como una gran persona ha sido aprender de sus errores. No es necesario que me perdones por reconocer que eres un futbolista divino. Aunque probablemente, hay más de un aficionado al Barça que también ha pasado por la misma situación y se puede sentir identificado con este escrito.

Si tengo que ser sincero, tengo que admitir que quería hacer este artículo desde hace mucho tiempo. Y para ser más precisos, ya tenía pensada la fecha cuando terminó la pasada temporada de Liga y se confirmó su segunda Bota de Oro, la primera con la camiseta del Barça. No es por tanto un escrito ni mucho menos oportunista, simplemente quería aprovechar la entrega del galardón.

Los que me conocen personalmente, y tienen la memoria intacta, saben que he sido una de las personas más críticas con motivo de tu fichaje por el FC Barcelona. Si hay un sustantivo que puede describir el sentimiento que predominaba en mi persona no es otro que indignación. Sin obviar, las duras críticas que dirigí hacia la directiva presidida por José María Bartomeu y con Andoni Zubizarreta.

En ese momento, para mí, era como incorporar a Pepe en el Barça. Sin olvidar que no podías jugar hasta después de 4 meses para la sanción de la FIFA causada por la mordedura a Chiellini durante el Mundial en Brasil, y el riesgo que conllevaba invertir 80 millones de euros por un jugador reincidente en este tipo de agresiones.

Contabas con un peculiar historial. Tu serie de mordeduras comenzó en el Ajax, continuó el Liverpool y, como he mencionado antes, cerraste la trilogía con Uruguay. Por medio podemos encontrar agresiones varias y discriminaciones homófobas y racistas. Con este curriculum y presumiendo de un club que, valga la redundancia, presume de valor ejemplares, me sentí engañado y testigo de una presumible etapa decadente del Barça. Se venía de no ganar nada con Tata Martino, y con la sanción de la FIFA de dos mercados sin fichar, tu incorporación parecía la confirmación de que s`havia perdido el rumbo.

Evidentemente que me encontré con defensores, como Raül Llimós, con los que intercambié opiniones sobre tu persona y tu fichaje y que te defendieron a muerte cuando te comparé con Pepe. Evidentemente, y por suerte, el debate se quedó con eso. Como todas las demás que he mantenido con amigos, aficionados, etc. Teniendo presente que tenía la sensación de que habíamos hecho un favor al Liverpool sacándote del medio como potencial problema y, encima, ganando 81 millones de euros. ¿Por qué nos entendamos, y sin pelos en la lengua: para mí, no eres bienvenido en Can Barça y hice comentarios de los que me avergüenzo.

La temporada comenzó sin ti. Las cosas iban menos o menos bien hasta que vas debutó en el Bernabéu que, sumado a la derrota en casa contra el Celta, fue el inicio de un periodo de dudas hasta la otra derrota en San Sebastián y la posterior reacción. Esta, terminó con un triplete y con una actuación tuya a final de temporada excelente con gol importantísimo en la Final de la Champions. Y la temporada pasada, que tengo que decirte? Año sublime, probablemente el mejor jugador de la plantilla junto con Messi, y donde terminaste coronando hacerte con la Bota de Oro.

Tu excelso rendimiento vino, además, con un giro radical en tu actitud. Tu agresividad innecesaria con los contrarios desapareció dejando lugar sólo a la que has mostrado durante toda tu carrera sobre el césped y con una pelota como testigo. Eres el Hristo Stoichkov de la actualidad. Luchas cada pelota como si fuera la última provocando, en ocasiones, goles importantísimos. No tienes miedo al meter la pierna. Ninguna defensa consigue intimidar-té. Muerdes, en el sentido figurado, como ningún delantero del mundo. Luis, eres, sin lugar a dudas el mejor delantero centro del mundo ahora mismo. De los que te lanzan un melón y lo convierte en gol.

"Rectificar es de sabios", como decía Pope. Y yo con esta carta rectifico todas mis impresiones en aterrizar en Can Barça. No puedo estar más contento y orgulloso de que defiendas cada partido con sudor y lágrimas la camiseta del azulgrana. Simplemente, quiero pedirte una cosa. Si es que tengo derecho a hacerlo. Y no es que seas divino al perdonarme, no soy nadie para ti para merecer tal cosa. Además probablemente, como he mencionado anteriormente, no leerás nunca esta carta. Pero si que tengo el deseo de que sigas con este divino nivel futbolístico. Tu fichaje es todo un acierto. Sigue así y muchas gracias por demostrar que me equivoqué.


"Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores." (Benjamin Franklin)

viernes, 21 de octubre de 2016

LA SEGUNDA INFANCIA DE LAS MARIONETAS

Hoy ha sido un día para estar contentos. El Barça ha goleado al Manchester City en un gran partido donde, indiscutiblemente, la pieza que ha desestabilizado la balanza ha sido Leo Messi. Con todos mis respetos, Cristiano Ronaldo es un enorme jugador. Un crack irrepetible, pero los mismos aficionados del Madrid, y otros seguidores del jugador portugués, le hacen un nulo favor intentando comparándolo con el argentino. La comparación hace reír. No hay palabras para describir Messi.

Pero no quiero hablar de la jornada de Champions. Tampoco de manera estricta lo quiero hacer de fútbol y del Barça. Aunque si lo haré de uno de sus jugadores, y emblemas, como es Gerard Piqué en relación a su firme decisión de terminar su etapa en la selección española después de la Copa Mundial de Rusia 2018. Habría escrito este artículo antes. Pero el trabajo es el primero, y finalmente lo hago al comprobar que el asunto todavía trae cola. Tanto, que el pasado martes en la rueda de prensa previa al partido contra el City Piqué volvió a estallar haciendo una sonora crítica contra algunos medios de comunicación y sus integrantes.

Como ya traté en mi primer artículo en Weloba, el periodismo deportivo, y el periodismo en general, sufre una salud terrible en nuestro país. En el caso de las mangas de Piqué, cualquier persona que sea aficionada al fútbol sabrá que ha llevado siempre que ha podido, y desde hace años, camiseta de manga larga. Sea cual sea la estación del año y las condiciones meteorológicas del partido. Algunos hablan de comodidad y de otros de superstición. Pero es un hecho que no es nuevo en el mundo del fútbol profesional. Otros como Eidur Gudjohonsen o Sergio Ramos, son unos habituales de las mangas largas incluso con temperaturas cálidas.

En un fútbol en el que todo está profesionalizado hasta el extremo, la ropa por motivos de marketing no es una excepción, los jugadores cuentan con un vestuario totalmente personalizado. El propio Piqué, Ramos, Gudjonhsen, y otros, tienen siempre a su disposición, y casi sin alternativa al inventario, las mencionadas camisetas de manga larga. Otros. Arjen Robben o Fernando Llorente, siempre piden un tamaño especial de forma que la camiseta queda muy ajustada. Y otros como Iker Casillas, tienen a su disposición, y desde hace pocos años, camiseta para portero de manga corta. Casillas, ha tenido que recortar las mangas casi durante toda la carrera al no haber de manga corta. Hasta que Adidas decidió fabricarle de manera personalizada.

Pero en esta "orgía" de ignorancia, vulgaridad y falta de valores, fue carnaza suficiente para llenar páginas, minutos radiofónicos y televisivos, y dar lugar a la búsqueda de "Me gusta", "Compartir", y "Retweet" de la manera más fácil haciendo uso de la mentira, la manipulación y la especulación. Y esta es una de las bases del periodismo. Contrastar e investigar las informaciones para no desinformar.

Piqué estrenó el nuevo modelo de la camiseta blanca de la selección, y Adidas, como siempre, ya tenía las de manga larga preparadas para Piqué. Y el jugador catalán no se sentía cómodo, eran demasiado estrechas, y decidió cortar las mangas. Por mucho que se haya vendido que el jugador catalán podía haber cogido la de manga corta, la de Piqué no existe, o que se podía haber hecho al momento con la máquina, cualquier persona que haya jugado al fútbol sabe que en la opción más rápida se tiró de tijeras. Sin obviar lo más importante, la bandera española no existe en el modelo largo.

Pero la reflexión no debe ser si Piqué ha querido o no provocar, obviamente no. El tema principal es que el periodismo español ha quedado retratado una vez más. Y ya van unas cuantas. Actualmente, como ya e mencionado anteriormente, soy periodista y publicista trabajando en Berlín. Concretamente estoy de Jefe de medios en una institución no gubernamental. Y viviendo y trabajando en Alemania das cuenta de que no hay color y que en España estamos a años lejos de los cánones ideales del periodismo. Muchos de los "profesionales" de moda en los medios español, no darían la talla, no tendrían ni trabajo en este campo en muchos países europeos.

El caso de las mangas de Piqué ha sido un ejemplo. No sólo por la ligereza de algunos crear polémica en un hecho totalmente falso, sino en basarlo en el trasfondo político del futbolista al manifestar su deseo al derecho a decidir. El periodismo más torpe, de bar, de calle, vulgar, inculto, rancio y casposo ha hecho gala de su modus operandi. Un espectáculo totalmente esperpéntico. Personajes que disfrutan de barra libre por parte de las líneas editoriales para aumentar la audiencia. Factor indispensable en los aspectos de ingresos publicitarios.

Es insólito que algunos de estos "profesionales" se escandalicen por el desconocimiento de la lengua inglesa de jugadores como Nolito, cuando comparten paredes con otros compañeros que pese prestar sus servicios medios nacionales de repercusión internacional no puedan transmitir las declaraciones de Mustafi, hechas en inglés, tras la derrota por 7-0 contra el Barça. Sólo de pensar con la cantidad de jóvenes que dominan esta lengua, y probablemente alguna más, y que no han tenido que emigrar por motivos laborales das cuenta de que algo no funciona. Puedo entender que no hablen alemán, ruso, árabe, griego, etc. Pero cuando se trabaja en un medio nacional y que trata temas de carácter internacional, el inglés es un mínimo. Entonces, que este mismo medio no entienda que Nolito no hable inglés, parece irónico. Casi un insulto a la inteligencia de las personas.

La falta de sentido del humor también es una lacra. Un gran ejemplo es que no se entienda, y hasta es conteste con violencia verbal, el tweet de la cuenta oficial del Borussia Dortmund sobre la dificultad del Real Madrid con los equipos con camiseta amarilla. A pesar de que había un aire irónico y con base humorística, en Madrid no se recibió bien tildándola te de ofensivo. Es otro nivel educativo. El mismo nivel que ayer nos dejó, probablemente, el momento del año en Twitter cuando la cuenta en inglés del Borussia Mönchengladbach respondió aún con más sentido del humor una situación de típico humor escocés. Otro nivel, en el que la respuesta depende mucho de la educación. #AGermanTeam ...

Pero debemos ser autocríticos. Este triunfo de la mediocridad no es mérito de estas personas. Los mayores y principales responsables somos los ciudadanos que hemos tolerado el modelo de sociedad con el que hemos crecido, y para consumir este tipo de contenidos, interactuar, y seguir el juego. Lo mejor que se puede hacer para cambiar esta dinámica no es criticarlo o entrar en juego. Es simplemente ignorarlo.

España es casi un país de 50 millones de personas, y si hemos permitido el triunfo, y la permanencia, en la esfera del poder de los políticos es culpa nuestra. Si tenemos los medios de comunicación que tenemos es porque nos gusta y así lo demostramos consumiéndolos y "dando bola" a sus actores. Piqué señaló medios deportivos como As, Marca, ciertos usuarios de las redes sociales, y marionetas varias.

Sinceramente, no me limitaría sólo a los protagonistas de un solo bando, en Barcelona también encontramos esta mediocridad. Todos juegan su papel como bien mencionó William Shakespeare al afirmar que "el mundo es un escenario y nosotros simples actores". Y si nos limitamos a ser simples actores, acabaremos precipitando nuestra segunda infancia siendo marionetas manipuladas por los principales líderes de opinión que cuentan con altavoz. No es culpa exclusiva de ellos. Y es que como decía la gran campaña de conciencia nutricional del FC Barcelona, ​​"somos lo que comemos".


"La última escena de todas, que termina esta extraña y nutrida historia, es la segunda infancia, el mero olvido. Sin dientes, sin ojos, sin palabras, sin nada. "(William Shakespeare)

domingo, 9 de octubre de 2016

TÓCALA OTRA VEZ MATS

Han pasado unos cuantos días y tenía esta publicación pendiente. Por motivos laborales y de agenda, no pude publicar este artículo antes. Ya ha pasado una semana y tal vez, como siempre en el mundo del deporte, los ánimos ya se han enfriado sobre este asunto y esto ha ayudado a los diferentes actores a reflexionar un poco sobre lo que se dijo. Personalmente, me ha servido para recopilar más información y comprobar que la memoria y la capacidad de análisis de algunas personas es, o bien muy pobre, o se ve afectada por las ganas de criticar por criticar.

Es cierto que el Barça perdió una gran oportunidad para ponerse líder en solitario. Es cierto que la primera parte de Balaídos merece ser borrada de nuestras retinas lo más rápido posible. Es cierto que la reacción de la segunda parte invita a cuestionar el número de rotaciones por partido. Y también es muy cierto que el error de Ter Stegen evitó, probablemente, confirmó la gran reacción azulgrana. Pero lo que, de ninguna manera, puedo aceptar es la avalancha injustificable de críticas de carácter destructivo hacia el portero alemán señalándolo como el máximo culpable de la derrota de Vigo.

El Barça no perdió por culpa de Ter Stegen. El equipo azulgrana se dejó los tres puntos en Galicia por una desastrosa primera parte donde el Celta supo materializar sus ocasiones fruto de la gran presión en la salida de balón del equipo azulgrana. Un nivel de juego paupérrimo donde se demostró una vez más lo que mencioné en mi anterior artículo sobre las rotaciones. Cambios que son necesarios y donde defiendo Luis Enrique hasta el final. Pero abusar nos puede llevar a más de un susto como el de ayer. Y más si tenemos en cuenta que es en el inicio de temporada cuando los jugadores todavía no han alcanzado el nivel óptimo.

La medular azulgrana estuvo irreconocible. Sin combinación, sin fluidez en la circulación del balón y con pérdidas que tradujeron con un marcador muy contundente a favor del Celta. Ya en la segunda parte, el Barça cambió el "chip" hizo una exhibición de juego de control y mentalidad ofensiva para conseguir acortar el marcador a un 3-2 que acercaba la hazaña de la remontada. El resto es bien sabido. Un error grave del portero alemán supuso una un baño de agua fría y el gol de Piqué llegó demasiado tarde. Sin tiempo para salvar al menos un punto.

El error del portero alemán costó cara. Pero lo que es totalmente inadmisible es que se ponga en duda su estilo, primero, y su personalidad, en segundo lugar. Las matemáticas, o los números son muy claros. Ter Stegen es el portero del mundo con más intervenciones con los pies. Incluso, realiza más pases que a algunos jugadores de campo. No sólo del equipo rival, sino que también a veces de propios compañeros que, como él mismo, participan los 90 minutos. Entonces nos encontramos con el primer error de peso del portero alemán en 3 años en Can Barça con un número altísimo de participaciones. Por lo tanto, después de tantas intervenciones no podemos "matar" al portero alemán. Estadística pura.

Además, el rol de Ter Stegen en la portería, y en la dinámica de juego del Barça, es imprescindible. Juega un papel clave, no sólo como gran portero, sino como un jugador de campo más. El portero alemán facilita en numerosas ocasiones la tarea de salida del balón de manera controlada de forma rápida, precisa y efectiva. Muchos dirán que el rol principal del portero es hacer paradas, que lo es. Pero en un equipo como el Barcelona, ​​donde el estilo de juego es único y especial, contar a un portero con estas características es siempre un valor añadido.

Recuerdo cuando era pequeño y se criticaba a José María Bakero el hecho de que muchas veces pasara el balón al portero. Es momento pues para recordar lo que decía el maestro Johan, "a veces un pase atrás no es un paso atrás. Es el inicio de una jugada mejor ". Y este es precisamente el concepto de todo, del sistema y del estilo que maravilla y causa envidia en el mundo. Y Ter Stegen es un actor más, a veces clave, en esta dinámica. Y como lleva el dicho, "quien no arriesga, no gana".

La temporada es muy larga y esto es sólo el principio. Los mismos que ahora mismo se despachan y critican a Ter Stegen y Luis Enrique, son los que no entienden que los equipos que tienen los títulos como objetivo principal basan su preparación física, técnica y táctica de modo que el momento óptimo llega a partir del mes de febrero. Es cuando la temporada llega a su momento clave. Y es en cambio al inicio cuando el rendimiento es más irregular. No se puede mantener, de ninguna manera, un rendimiento altísimo durante toda la temporada y desde el comienzo.

No seré yo quien critique, y tampoco entiendo porque no lo hacen el resto a pesar de disfrutar de esta práctica, a jugadores como Luis Suárez o Busquets por su pobre rendimiento. El motivo es muy sencillo y sólo hay que leer el párrafo anterior. En cambio, y siguiendo la dinámica con lo mencionado anteriormente, me gustaría ver como terminan equipos que han empezado la temporada a tope. Alavés, Celta, Eibar, Las Palmas, etc. Los puntos que sumen ahora, los agradecerán al final cuando estén en disputa el descenso. Es otra estrategia.

Así pues, no hay que poner el grito en el cielo con lo que pasó en Balaídos ni perder el tiempo en desestabilizar a Ter Stegen. El alemán ha demostrado tener una gran personalidad, y un carácter fuerte, y no cambiará su estilo vistoso y atrevido. Así pues, y como reza la famosa cita de la película Casablanca, "tócala otra vez Mats".


"La mejor manera de averiguar si puedes confiar en alguien es confiar en él." (Ernest Hemingway)