Hay un dicho castellano, y que me encanta, que reza que “la cara es el
reflejo del alma”. Una afirmación llena de significado y que se puede aplicar
en muchos ámbitos de la vida. Ya hablemos de política, sociedad, deportes, o de
valores humanos más cercanos para nosotros como la amistad, el trabajo en
equipo, etc. Y en ciertas ocasiones, como hoy en el partido entre el Leganés y
el FC Barcelona podemos encontrar varios ejemplos.
Antes de entrar en detalle sobre el tema que quiero abordar, no quiero
dedicarme de manera estricta al fútbol, hay que comentar y felicitar al
equipo y al staff técnico para la trabajada victoria conseguida hoy en Butarque. Ha sido
un claro ejemplo de que, tal y como comenté la semana pasada, si las rotaciones se hacen
con sentido, los automatismos y el rendimiento del equipo no se ven afectados.
Ha sido una clara victoria contra un equipo que lo ha dado todo, con y sin
balón, para poner las cosas difíciles al FC Barcelona. Grandes momentos de
fútbol combinados con momentos más bruscos en los últimos minutos.
Y es en este último aspecto donde quiero entrar en detalle. Con Neymar y
los "defensores" del Leganés como protagonistas. Puedo entender que
ningún deportista le guste perder por goleada. Puedo entender que nadie le
guste perder en su propio estadio. Puedo llegar a entender, aunque en este casi
nada, que la impotencia causada por esta clara superioridad se traduzca en
juego brusco con y sin balón. Con el balón con disputa aún lo puedo concebir,
sin ella ya no tanto. E incluso puedo estar de acuerdo con opiniones,
barcelonistas incluidos, que creen que Neymar debería ahorrar ciertos
intercambios verbales. El fútbol tiene, a veces, estas cosas.
Ahora bien, no puedo entender, compartir, y mucho menos aprobar y pasar por
alto, las reacciones, no sólo de los jugadores, sino también de algunos
aficionados y otros "profesionales" que tienen un rol más mediático.
Algo no funciona cuando nos animamos con una entrada a Neymar y pedimos que
modifique su estilo diferente y original. Reacciones dadas por la aplicación de
la violencia contra un jugador que puede gustar más o menos. Y más teniendo en
cuenta que, tal como se encuentra la situación en el fútbol actual, justifican
el valor de una entrada.
Como he mencionado anteriormente; “la cara es el reflejo del alma". Cuando
viajes, en mi caso que he residido en Finlandia y actualmente en Alemania, y
conoces diferentes culturas, comportamientos, y visiones de la realidad, te das
cuenta que el vivido hoy en Butarque merece una seria reflexión de la dirección
que está tomando la cultura general de nuestro país.
Somos un país, hoy por hoy con una población de 45 millones de habitantes.
Donde consideramos un arte y un espectáculo el hecho de torturar hasta la
muerte a un animal. Donde celebramos como fiesta nacional la conmemoración de
una invasión que significó el expolio y la violación de los derechos humanos.
Donde consideramos una ilegalidad otorgar a un pueblo el derecho a decidir.
Donde miembros de un gobierno fascista disfrutaron la oportunidad de continuar
su carrera política con total impunidad. Donde consideramos el Franquismo, una
etapa negra de la historia española, un periodo más de la misma. Otros países,
como Alemania, no sólo se intenta erradicar del mapa, sino que invierten
enormes esfuerzos educativos para advertir a las nuevas generaciones del
peligro que conlleva.
Un país donde no sabemos agradecer y valorar el lujo de contar con
futbolistas mágicos y diferentes como Neymar. En vez de contemplarlos,
disfrutarlos, y aplaudirles, los criticamos, insultamos, silbamos, y no dudamos
en venerar las agresiones y provocaciones de los defensores en el intento
desesperado de poner freno a su magia. Donde encima nos creemos las palabras de
dudosos "líderes de opinión" que justifican estas acciones y no dudan
en malgastar esfuerzos en criticar su actitud.
El mundo del fútbol cuenta hoy día con más atletas que futbolistas. Una
pena, pero tenemos que admitir que no es fácil ser Neymar, Cristiano Ronaldo,
Luis Suárez, Modric, Iniesta, Griezmann, Messi, etc. Por este motivo debemos
aprender a valorar estos artistas cuando los tenemos delante. Y personalidades
relevantes, como Michael Laudrup, deben utilizar sus grandes conocimientos para
defender este tipo de futbolistas. Más teniendo en cuenta, que él también era
un mago con el balón en los pies. El crack danés tiene una gran responsabilidad
didáctica en este sentido. Ves como su deberían utilizarse para ayudar a la
población a adquirir esta apreciación hacia el buen gusto.
Todo sumado pone en evidencia el principal problema que tenemos en este
país. En España estamos años luz en términos de educación respecto a otros
países del mundo. A menudo nos preguntamos por qué tenemos lo que tenemos. Por qué
vivimos en el país en el que vivimos. Pero si tenemos presente este problema no
nos constará tanto entender porque somos un país con una tasa de paro casi del
25%. Con un paro juvenil del 52%, con una vergonzosa tasa de fracaso y abandono
escolar. Con niveles de corrupción estratosféricos al poder que no sólo no
sirven para desacreditarlo, sino que obtienen más votos en las siguientes
elecciones.
Debemos ser conscientes de que “la cara es el reflejo del alma”, y eso
conlleva que “en el país de los ciegos, el tuerto es el rey."
"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una
oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber."
(Albert Einstein)
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