viernes, 10 de febrero de 2017

CERVEZAS ENTRE SUSURROS

Debemos mostrar una satisfacción enorme para la clasificación, por cuarto año consecutivo, por la Final de la Copa del Rey. Digan lo que digan. Sea cual sea la importancia que le quieran dar, no es una meta fácil de alcanzar. Y más si tenemos en cuenta que hemos dejado en la cuneta a equipos como el Athletic Club, Real Sociedad, y Atlético de Madrid.

También hay que felicitar al Club Deportivo Alavés por haber conseguido el derecho de disputar su primera final de Copa. Eliminando contra todo pronóstico a un gran Celta que fue capaz de batir al Real Madrid en cuartos de final. Hay que tener en cuenta que el año pasado jugaba en La Liga Adelante. Ahora La Liga 123.

Probablemente, el club gallego pagó el desgaste psicológico que supuso la presión mediática ejercida en Madrid en relación a la suspensión del partido de Liga del pasado domingo. Yo no soy ingeniero, pero si los técnicos no pueden asegurar la seguridad, evidente viendo las imágenes, ningún club tiene el derecho de exigir nada.

Ahora bien, opinión personal, lo que pasó en Balaídos y Riazor demuestra que España no ha ganado ninguna candidatura para acoger Mundial o Eurocopa. Más allá de los posibles escándalos de corrupción, el estado de conservación de los Estadios españoles deja mucho que desear. Hay un "plan renove" urgente.

Volviendo a Can Barça, y para hacer comprensible el título de mi artículo, hay que hablar de lo que ocurrió el pasado martes en el Camp Nou. Una vez más, desgraciadamente, el protagonista no fue el fútbol. Todas las miradas cayeron en un árbitro, Gil Manzano, que no dejó indiferente a ninguno de los dos bandos.

El Barça no puede estar contento de los últimos arbitrajes. Tampoco el Atlético de Madrid. A pesar de que nadie dijo nada sobre el gol de los colchoneros en el Vicente Calderón. Un gol que no tenía que haber subido al marcador por una falta en ataque a Luis Suárez. Ahora bien, nadie puede negar que el Barça es el claro merecedor para disputar la Final de la Copa del Rey el próximo 27 de mayo en el Vicente Calderón.

Pero hubo un aspecto que me hizo daño a la vista. Como ya manifesté en mi carta abierta a Luis Suárez, mi admiración por el delantero uruguayo es total. Sin lugar a dudas es el mejor delantero centro del mundo en la actualidad. Cualquier debate al respecto no es más que una pérdida de tiempo. Además, es un ganador y un luchador nato. Luis Suárez es el Hristo Stoichkov actual. Un tipo de jugador que cualquier entrenador querría tener en su equipo.

Pero hay detalles que hay que controlar. Hay que Luis Suárez aprenda a controlarse y dosificar el exceso de fuerza en algunas ocasiones. Los culés podremos protestar lo que sea, pero hay que ser autocríticos y reconocer que la expulsión por doble tarjeta amarilla era más que merecida. Y teniendo en cuenta que podría haber visto la tarjeta roja directa por una injustificada patada cuando el defensa ya había alejado el peligro. Una entrada muy fea y peligrosa. Además de su estado de nervios al final del partido.

No es la primera vez que el delantero uruguayo es motivo de conversación por este motivo. Una persona que sigue normalmente los partidos del Barça seguramente se ha dado cuenta de esta situación. Y por este motivo, es necesario que alguien del FC Barcelona, ​​independientemente del ámbito, tenga una pequeña conversación con Luis Suárez.

No hay que hacer un cirio. Una conversación distendida, al oído, para hacer entender Suárez que a veces hay que controlarse un poco para no perjudicar al equipo. Que ahora con el ruido de su expulsión estará aún más controlado. Y quien dice el cuerpo técnico, también es válido para algún jugador importante de la plantilla. Y Leo Messi es su mejor amigo.

No se trata de hacer un escándalo ni de hacer un drama. Tampoco es necesario que sea un día de entrenamiento. Se debe mostrar total apoyo al jugador y es un tema de conversación ideal para ir a tomar una cerveza después de una sesión preparatoria. Se puede tener razón. O no, pero siempre hay que haber lugar a la autocrítica y el apoyo entre compañeros de equipo. Si esto se cumple, seguro que así llegaremos lejos.


"La ropa sucia se debe lavar en casa." (Frase popular)

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