No descubriré ahora a
Cristiano Ronaldo. Tampoco me dejaré llevar por mis colores a la vez de
criticarlo. Con toda la
sinceridad del mundo, creo que no hay ninguna duda en afirmar que el jugador de
Madeira es uno de los mejores futbolistas de la historia de este deporte.
Cualquier entrenador querría tener en su plantilla.
Los títulos y méritos, tanto a nivel colectivo como individual, lo avalan.
Ya sea con el Manchester United o con el Real Madrid, 3 Ligas de Campeones, 4
Ligas, 2 Copas del Rey, 2 UEFA Super Cup, 2 Mundiales de Clubes, y 3 Supercopas
nacionales dan fe a nivel de clubes. Además de añadir la pasada Euro con
Portugal y 3 FIFA Ballon d'Or y 4 Botas de Oro a nivel personal.
Es evidente pues, que si este
jugador no hubiera compartido generación futbolística con Messi, estaríamos
ante el mejor futbolista, sin lugar a dudas, de los últimos 10 años. Pero
esta ha sido la gran mala suerte del jugador portugués, que competir con el
que, indiscutiblemente, no sólo es el mejor jugador de la última década, sino
también el mejor futbolista de todos los tiempos. Tengo 31 años, los mismos que
Cristiano Ronaldo, y lo que hace Messi
no lo había visto nunca en ningún otro jugador. Simplemente, no hay palabras para
describir el 10 argentino.
Hay que ser sinceros y
justos, y nunca me ha
acabado de gustar el hecho de decir que Cristiano Ronaldo es un jugador más por
el hecho de que ha compartido generación futbolística con Messi. Incluso llegar
al punto de llegar a ser despectivo. Nos
debemos sentir totalmente privilegiados por el hecho de poder disfrutar de
estos dos grandes monstruos del fútbol. Y en el caso de los culés, como
servidor, aún más afortunados de que el mejor de la historia haya vestido la
camiseta azulgrana durante toda su gran carrera deportiva. Gracias, y por
muchos años.
La pasada temporada fue
triunfante por ambos jugadores. Messi logró repetir un meritorio Doblete, viniendo del segundo Triplete de
la historia del Barça, añadiendo el Mundial de Clubes y la Super Copa de la
UEFA. Una gran temporada colectiva sumada a un sublime nivel personal.
En cambio, Cristiano Ronaldo disfrutó de una irregular actuación personal,
reconocido incluso por él mismo, y el Madrid salvó los muebles consiguiendo la Undécima "in extremis" y sin
mostrar una clara superioridad ante sus oponentes. Un calco, del que pasó un
mes después al Euro donde Portugal consiguió su primer título con un nivel de
juego bastante pobre.
Pero algo no funciona en los
estamentos futbolísticos. Cualquier persona entendida de este deporte, o al menos familiarizada, y que haya
visto los partidos tanto del Madrid como de la selección portuguesa, estará de acuerdo en que a pesar de los
títulos conseguidos no hay argumentos suficientes para haber galardonado a Cristiano Ronaldo como mejor jugador en Europa de
la pasada temporada.
Sinceramente, parece una decisión propia de personas que simplemente han
visto las fotos de Cristiano Ronaldo levantando los títulos y los resúmenes de
las mejores jugadas y goles hechos por el crack portugués. Al más puro estilo
Joan Gaspart y Josep Lluís Nuñez fichando jugadores que no conocía nadie con
vídeos VHS de 5 minutos. Alguno salió bien, como Giovanni, pero otros
supusieron una auténtica ruina económica para el club.
Evidentemente, no debemos perder el
respeto para ningún rival, pero mal vamos si consideramos decisivo para
otorgar este premio a un jugador que a pesar de haber marcado 35 goles en Liga,
8 los hizo contra el Espanyol, un rival que estuvo luchando casi hasta el final
para no perder la categoría, 6 de penalti, cierto es que hay que meterlos, y protagonizó pobres actuaciones,
desapareciendo en los partidos importantes, y dejando muestras de impotencia en
forma de agresiones injustificadas, y sin opción de disputar la pelota,
evidenciando su bajo nivel.
Lo mismo en la Liga de Campeones, pese a ser el máximo anotador de la competición,
el dato queda minimizado si nos damos cuenta de que 11 de los 16 goles son el
Shakhtar y el Malmö, para acabar teniendo una
discretísima actuación con un recital de pérdidas de balón y falta de
desequilibrio total en la Final de Milán. Eso sí, parece ser que la imagen
del portugués levantando la Champions,
lo que evidentemente apareció en todos los noticiarios, fue suficiente aval.
Con la selección se coronó con un
equipo que ofreció una muy pobre imagen durante el campeonato, y donde hay
que recordar que pasó a octavos como
tercera de grupo. Lo que en un formato de competición normal hubiera
supuesto quedar eliminado. Cristiano,
desaparecido en la mayoría de partidos, sólo a destacar los 2 goles contra
Hungría y Polonia (3 en total), ganó una
final en la prórroga donde no jugó por lesión. Es decir, no podemos encontrar en esta competición
ningún aliciente añadido que le haga estar por encima de Griezzman o Gareth
Bale. Jugadores que ofrecieron un nivel PERSONAL mucho más notorio.
No quiero desprestigiar en ningún momento el hecho los títulos colectivos
que ha conseguido este año este gran futbolista. Pero con la mano en el
corazón, creo que algo no funciona
dentro de los estamentos, o bien no entiendo los criterios a seguir para
premiar los méritos. No acabo de entender cómo es posible que un jugador que ha sido Pichichi y Bota de Oro, Luis
Suárez, u otro que ha hecho recital tras recital, como Leo Messi, no se encuentran
ni siquiera en el podio.
Puedo ver que se quiera destacar a un jugador que ha ganado títulos tan
importantes como la Champions o el Euro,
pero en este caso, el premio se designa
a nivel INDIVIDUAL, y bajo mi opinión, Cristiano
ni siquiera debería ser entre los tres primeros.
Hemos entrado en la era donde el
contenido selectivo de los medios está jugando un papel importante a la hora de
entregar este tipo de premios. Tanto de personas que han visto simplemente lo
que los algunos han querido que los demás vean, o bien de personas con poco, o
nada, juicio objetivo. Si no es así, no se acaba de entender que este
jugador haya sido agraciado como el mejor en Europa la pasada temporada.
Y lo que me da más miedo, que este criterio vuelva el próximo enero
y tenga suficiente relevancia para dar el Balón de Oro a Cristiano. Esperamos
que la FIFA, con todos los respetos, humor e ironía posibles, no vuelvan a
hacer otro Cannavaro y tengan claro que se trata de un premio
INDIVIDUAL.
"Cuando los árboles no nos dejan ver el bosque" (Proverbio popular)