viernes, 26 de agosto de 2016

CUANDO LOS ÁRBOLES NO DEJAN VER EL BOSQUE

No descubriré ahora a Cristiano Ronaldo. Tampoco me dejaré llevar por mis colores a la vez de criticarlo. Con toda la sinceridad del mundo, creo que no hay ninguna duda en afirmar que el jugador de Madeira es uno de los mejores futbolistas de la historia de este deporte. Cualquier entrenador querría tener en su plantilla.

Los títulos y méritos, tanto a nivel colectivo como individual, lo avalan. Ya sea con el Manchester United o con el Real Madrid, 3 Ligas de Campeones, 4 Ligas, 2 Copas del Rey, 2 UEFA Super Cup, 2 Mundiales de Clubes, y 3 Supercopas nacionales dan fe a nivel de clubes. Además de añadir la pasada Euro con Portugal y 3 FIFA Ballon d'Or y 4 Botas de Oro a nivel personal.

Es evidente pues, que si este jugador no hubiera compartido generación futbolística con Messi, estaríamos ante el mejor futbolista, sin lugar a dudas, de los últimos 10 años. Pero esta ha sido la gran mala suerte del jugador portugués, que competir con el que, indiscutiblemente, no sólo es el mejor jugador de la última década, sino también el mejor futbolista de todos los tiempos. Tengo 31 años, los mismos que Cristiano Ronaldo, y lo que hace Messi no lo había visto nunca en ningún otro jugador. Simplemente, no hay palabras para describir el 10 argentino.

Hay que ser sinceros y justos, y nunca me ha acabado de gustar el hecho de decir que Cristiano Ronaldo es un jugador más por el hecho de que ha compartido generación futbolística con Messi. Incluso llegar al punto de llegar a ser despectivo. Nos debemos sentir totalmente privilegiados por el hecho de poder disfrutar de estos dos grandes monstruos del fútbol. Y en el caso de los culés, como servidor, aún más afortunados de que el mejor de la historia haya vestido la camiseta azulgrana durante toda su gran carrera deportiva. Gracias, y por muchos años.

La pasada temporada fue triunfante por ambos jugadores. Messi logró repetir un meritorio Doblete, viniendo del segundo Triplete de la historia del Barça, añadiendo el Mundial de Clubes y la Super Copa de la UEFA. Una gran temporada colectiva sumada a un sublime nivel personal.

En cambio, Cristiano Ronaldo disfrutó de una irregular actuación personal, reconocido incluso por él mismo, y el Madrid salvó los muebles consiguiendo la Undécima "in extremis" y sin mostrar una clara superioridad ante sus oponentes. Un calco, del que pasó un mes después al Euro donde Portugal consiguió su primer título con un nivel de juego bastante pobre.

Pero algo no funciona en los estamentos futbolísticos. Cualquier persona entendida de este deporte, o al menos familiarizada, y que haya visto los partidos tanto del Madrid como de la selección portuguesa, estará de acuerdo en que a pesar de los títulos conseguidos no hay argumentos suficientes para haber galardonado a Cristiano Ronaldo como mejor jugador en Europa de la pasada temporada.

Sinceramente, parece una decisión propia de personas que simplemente han visto las fotos de Cristiano Ronaldo levantando los títulos y los resúmenes de las mejores jugadas y goles hechos por el crack portugués. Al más puro estilo Joan Gaspart y Josep Lluís Nuñez fichando jugadores que no conocía nadie con vídeos VHS de 5 minutos. Alguno salió bien, como Giovanni, pero otros supusieron una auténtica ruina económica para el club.

Evidentemente, no debemos perder el respeto para ningún rival, pero mal vamos si consideramos decisivo para otorgar este premio a un jugador que a pesar de haber marcado 35 goles en Liga, 8 los hizo contra el Espanyol, un rival que estuvo luchando casi hasta el final para no perder la categoría, 6 de penalti, cierto es que hay que meterlos, y protagonizó pobres actuaciones, desapareciendo en los partidos importantes, y dejando muestras de impotencia en forma de agresiones injustificadas, y sin opción de disputar la pelota, evidenciando su bajo nivel.

Lo mismo en la Liga de Campeones, pese a ser el máximo anotador de la competición, el dato queda minimizado si nos damos cuenta de que 11 de los 16 goles son el Shakhtar y el Malmö, para acabar teniendo una discretísima actuación con un recital de pérdidas de balón y falta de desequilibrio total en la Final de Milán. Eso sí, parece ser que la imagen del portugués levantando la Champions, lo que evidentemente apareció en todos los noticiarios, fue suficiente aval.

Con la selección se coronó con un equipo que ofreció una muy pobre imagen durante el campeonato, y donde hay que recordar que pasó a octavos como tercera de grupo. Lo que en un formato de competición normal hubiera supuesto quedar eliminado. Cristiano, desaparecido en la mayoría de partidos, sólo a destacar los 2 goles contra Hungría y Polonia (3 en total), ganó una final en la prórroga donde no jugó por lesión. Es decir, no podemos encontrar en esta competición ningún aliciente añadido que le haga estar por encima de Griezzman o Gareth Bale. Jugadores que ofrecieron un nivel PERSONAL mucho más notorio.

No quiero desprestigiar en ningún momento el hecho los títulos colectivos que ha conseguido este año este gran futbolista. Pero con la mano en el corazón, creo que algo no funciona dentro de los estamentos, o bien no entiendo los criterios a seguir para premiar los méritos. No acabo de entender cómo es posible que un jugador que ha sido Pichichi y Bota de Oro, Luis Suárez, u otro que ha hecho recital tras recital, como Leo Messi, no se encuentran ni siquiera en el podio.

Puedo ver que se quiera destacar a un jugador que ha ganado títulos tan importantes como la Champions o el Euro, pero en este caso, el premio se designa a nivel INDIVIDUAL, y bajo mi opinión, Cristiano ni siquiera debería ser entre los tres primeros.

Hemos entrado en la era donde el contenido selectivo de los medios está jugando un papel importante a la hora de entregar este tipo de premios. Tanto de personas que han visto simplemente lo que los algunos han querido que los demás vean, o bien de personas con poco, o nada, juicio objetivo. Si no es así, no se acaba de entender que este jugador haya sido agraciado como el mejor en Europa la pasada temporada.


Y lo que me da más miedo, que este criterio vuelva el próximo enero y tenga suficiente relevancia para dar el Balón de Oro a Cristiano. Esperamos que la FIFA, con todos los respetos, humor e ironía posibles, no vuelvan a hacer otro Cannavaro y tengan claro que se trata de un premio INDIVIDUAL.



"Cuando los árboles no nos dejan ver el bosque" (Proverbio popular)

viernes, 19 de agosto de 2016

VERDADES COMO TEMPLOS

Ya era hora. Parecía un tema de debate propio de una minoría propia de círculos impregnados de locura. Un tópico lleno de tabúes y que desgraciadamente para los aficionados al fútbol es una triste realidad. Pero es también una mala noticia, en este caso hacia los "sagrados" estamentos, que alguien cargado de repercusión mediática, como es Luis Enrique, haga referencia. Es evidente que se necesitan cambios. Muchos y profundos.

Pero antes de analizar las palabras del técnico, hay que alegrarse no sólo por un nuevo título, aunque sea la Supercopa de España, sino también por la forma que se consiguió. Sin encajar un gol en los 180 minutos. Por sorprendente despliegue de un "todocampista" como es Messi. Por la resurrección de Arda Turan. Por la gran adaptación y actuación de los nuevos (Digne, Umtiti, Gomes y Denis Suárez), dejando en evidencia que era necesaria la profundidad de plantilla. Y por el gran nivel de juego exhibido por el conjunto azulgrana. Debemos ser conscientes de que presenciamos fútbol de muchos quilates.

Y es ciertamente en el momento de la victoria cuando se necesitan hacer las críticas. No en la derrota. Se pueden hacer evidentemente, pero es más fácil caer en acusaciones sobre victimismos, oportunismos, etc. Podemos discutir, estar de acuerdo o no, con Luis Enrique de que si se debe hacer "una Supercopa cuando ya hay un ganador de Liga y de Copa". Yo soy de la opinión de que se debe jugar. Pero lo que hay cambiar, es el concepto de la competición.

Como ya mencioné en mi anterior artículo, y también denunció Luis Enrique, no es justo que se desprestigie la victoria del Barça diciendo que el Sevilla ha gozado de poco descanso cuando "el año pasado aún fue peor. Fuimos a San Mamés dos días después de jugar la Supercopa de Europa". Y no acaba aquí, no veo el motivo de que el FC Barcelona ha de empezar la Liga justamente mañana en vez del domingo. El descanso, sobre todo a principios de temporada, es muy importante.

Luis Enrique hizo una dura crítica contra las autoridades del fútbol en España. Para algunos, pese a la justicia de las mismas, fueron unas duras palabras. Pero teniendo en cuenta la poca voluntad de mejora y evolución de los estamentos, las declaraciones del técnico asturiano me parecen incluso demasiado cortas. Desde mi posición quiero felicitar la iniciativa de Luis Enrique y al mismo tiempo criticar que podría haber dicho más.


Vivimos en un mundo extremadamente conservador. Donde el poder siempre ha estado bajo las mismas manos, y donde en vez de trabajar para mejorar el resultado de su trabajo destinan casi la totalidad de sus energías en conservar estas posiciones. No hay que distraerse. Todos sabemos que si nos levantamos de la silla, la podemos perder. Y nunca perder una silla puede significar tanto poder. Tanto dinero...

Unos estamentos con ganas de mejorar, evolucionar, y sentirse satisfechos con su trabajo son los que algún día querrán convertir la Supercopa en una competición atractiva. Una final a partido único, con sede neutral decidida con notable anterioridad, y teniendo lugar el fin de semana anterior al inicio de Liga. Convirtiéndola en una auténtica fiesta del fútbol y donde poco a poco se pueden introducir nuevos elementos como entregas de galardones, debates futbolísticos entre representantes de todos los equipos, el sorteo de la Copa del Rey, etc.

Estos elementos, sencillos de introducir, no sólo harían la competición más atractiva para los espectadores de televisión, sino que también, además del factor proximidad, para los aficionados que se quieran desplazar y para los habitantes de la ciudad que acoge el evento. Un ejemplo a seguir es el Champions Festival que se organiza el día de la Final de la Liga de Campeones. Cambios que agradecerán no sólo los aficionados, sino también jugadores, entrenadores, y clubes a la hora de hacer un calendario de pretemporada más ligero.

Algo muy parecido debería pasar con la Final de la Copa del Rey. ¿Hasta cuándo tenemos que aguantar el pesado debate de saber dónde se jugará el partido si los finalistas son FC Barcelona y / o Real Madrid? ¿No sería mejor determinar la sede a principio de temporada? ¿No sería más emocionante saber que la final puede ser a tu estadio (factor que conlleva presión) o en el de tu rival histórico? ¿Tanto cuesta hacer horarios más cómodos para evitar estadios vacíos?

O como “trabajan” para otorgar a la Copa de mayor valor y prestigio, ¿cómo puede tener más premio fue tercero o cuarto en la Liga que ser campeón o subcampeón de la Copa? ¿No daría más emoción que el campeón de la Copa tuviera plaza directa en la Liga de Campeones y previa para el subcampeón?

Y en la Liga más de lo mismo. ¿No podemos hacer como los ingleses o alemanes y determinar el calendario a principio de temporada? ¿No podemos facilitar a los aficionados sus planes de viaje, permisos laborales, etc.? Simplemente, ¿tanto cuesta hacer las cosas bien y con sentido común?
Estos sólo son algunos de los "pequeños" aspectos que merecen ser revisados. Pero son muy importantes. Cambios estructurales de un sistema que no es que corra el peligro de quedarse obsoleto, ya lo es. Y desde hace años ...

Además, tenemos toda la jerarquía de patrocinios y diseño del llamado atrezzo de la competición que necesita una urgente revisión. Puntos que no sólo mejoran la capacidad de recaudación de las competiciones, sino que la "descargan" de los aficionados. Sin olvidar, obviamente, de la modernización del aspecto visual.

Para las personas que amamos este deporte, y nos gustan también aspectos de carácter visual, significa una impotencia inmensa saber que hay mucho trabajo por hacer, y poca, o nada, voluntad y capacidad para sacarla adelante. Nos estamos quedando anclados en el pasado, entorpeciendo los mecanismos del fútbol tal como afirmó Luis Enrique manifestando que "si los estamentos no quieren evolucionar, es una gran cagada".


"No puedo volver al ayer, porqué ya soy una persona diferente" (Lewis Carroll)

martes, 16 de agosto de 2016

YA VUELVEN

En primer lugar, quisiera saludar y agradecer a Miguel Ángel Ruiz, y a todo el equipo de El Penalti de Radio Marca Barcelona, la oportunidad de expresar mi opinión a través de ésta página web. Me llamo Esteban Blanchart, soy natural de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), aunque actualmente resido en Berlín (Alemania) por motivos laborales. Soy el Head of Media del Institute for Cultural Diplomacy, una ONG de carácter diplomático que cuenta con el ex presidente José Rodríguez Zapatero como Presidente del Consejo Asesor.

Mis pasiones distan un poco de la política y de la diplomacia. Soy un amante del fútbol,  socio abonado del Barça, y miembro y co-community manager de la plataforma Seguiment FCB. Además, Llevo un tiempo siendo blogger independiente y en la página web de La Transmissió d´en Puyal (Weloba), y ésta nueva plataforma me supone un bonito y excitante reto para compartir mis puntos de vista con todos vosotros y poder incitar a un sano e interesante debate. Así pues, éste es mi primer aporte.

Poco a poco, aunque todavía queda un mes, el verano futbolístico va llegando a su fin. Se disputan las Supercopas, comienzan las Ligas, las plantillas se van acabando de confeccionar, los jugadores siguen cogiendo su forma, y ​​los medios de comunicación ya preparan su "agenda setting" de argumentos para dar prestigio, o desprestigiar los méritos de los diferentes equipos.

Han sido dos meses en los que he escrito poco. Las vacaciones, aunque algunos continúan con su actividad laboral (servidor es un ejemplo) deben ser un periodo que se tiene que aprovechar para disfrutar en familia, amigos, viajar, y consumir productos culturales tales como libros, cine , o series de televisión.

Desconectar del fútbol es, de vez en cuando, una actividad agradable y necesaria. Pero algunos parece que no han querido perder la costumbre. Y ha sido llegar el primer partido oficial del Barça y demostrar que "se han portado bien" durante la pretemporada. Las viejas costumbres vuelven. O no han ido nunca...

Uno de los motivos de por qué no me gusta dar mucho mi opinión durante la pretemporada, aunque tampoco en los primeros compases de la temporada oficial, es que se trata de un momento donde lo más importante es que el equipo sume victorias y sensaciones positivas con el paso de los partidos. Es sobre la jornada 10 de Liga cuando se tiene que estar preocupado o tranquilo según la dinámica.

Pero somos humanos, y entrar a valorar lo que hemos visto hasta ahora es normal. Suficiente para poder extraer que el Barça se ha reforzado muy bien, que lo puede hacer mejor si llega un nuevo delantero que ayude a dar descanso al Tridente, y que el juego exhibido el pasado domingo invita al optimismo de cara a la nueva temporada 2016-2017. Es evidente que aún faltan minutos para ver un nivel de juego óptimo, pero en las alturas de la temporada en la que nos encontramos, me fui a dormir con una sonrisa.

Feliz de comprobar que este equipo mantiene la motivación y sorprendido de cómo pueden encajar nuevas caras como Digno y Denis Suárez. El francés completó un debut oficial de manera muy seria en un campo muy complicado, impecable con y sin balón. Y el gallego, hizo una exhibición de ADN azulgrana con el balón en los pies. Lo único que me preocupa, es que Bravo pueda irse al Manchester City.

Pero los azulgranas demostraron que no fueron los únicos que han hecho los deberes este verano. La prensa y el entorno blanco, ya ha sabido encontrar los motivos de la clara victoria del Barça en el Pizjuán. No podemos negar que los jugadores del Sevilla notaron de manera contundente la fatiga acumulada de los 120 minutos jugados en Noruega contra el Real Madrid en la UEFA Super Cup. A estas alturas de la temporada, jugar dos partidos con esta intensidad en una semana pasa factura.

Pero la memoria es a veces caprichosa. O como se suele decir, selectiva. Lo que este año ha sido una derrota provocada por la fatiga, poniendo en duda la superioridad del Barça en la ida de la Supercopa de España, hace un año fue motivo suficiente para criticar de forma contundente a los azulgranas y insinuar que el equipo presentaba serias dudas en su futuro rendimiento.

Y hay que hacer memoria, no sólo para contrarrestar a los críticos, sino también para denunciar a la Federación Española de Fútbol en que este partido no sea a partido único por motivos de calendario, característica que además haría la competición más interesante, y por la imparcialidad de criterios a la hora de determinar las fechas. Y no es ninguna excusa, aviso.

Hace exactamente un año, el Barça perdió por 4-0 en San Mamés en la misma competición. El partido se disputó viernes 14 de agosto, sólo 3 días después de que el FC Barcelona ganara la Super Copa de Europa contra el Sevilla el martes 11 de agosto en Tbilisi. Todo un escándalo!

En cambio este año, el Sevilla ha disfrutado de 2 días más de descanso. Y lo que hace un año fue una derrota claramente provocada por el cansancio, condición ignorada y tachada de excusa, ahora, a pesar de disfrutar de condiciones más favorables, ha sido el claro motivo de la derrota sevillista.

Y si añadimos que en vez de disfrutar de las jugadas de los goles de Suárez y de Munir, ambos de muy bella factura, se dedican a hacer ruido con las reacciones del delantero uruguayo con el público de Sevilla, es más que evidente que el fútbol en España ha vuelto. Pero lo que más temen algunos después del partido del domingo, es que el Barça también lo ha hecho.


"El arte supremo de la guerra es someter al enemigo sin luchar" (Sun Tzu)